miércoles, 27 de marzo de 2013

BONOS: Tapando el Sol con un dedo


La pobreza se ha visto siempre vinculada a la carencia o escasez de lo necesario para el sustento, es decir se relaciona directamente con el concepto necesidad, el cual incluye aspectos como la alimentación, vivienda, educación, salud, entre otros. A nivel mundial, medir el nivel de pobreza de un país sirve para identificar su grado de desarrollo, por lo que en cada nación se fijan  parámetros monetarios o líneas de pobreza para obtener datos  generales en cuanto a qué tan pobre se encuentra el país. En Chile se considera pobre aquellos hogares cuyo ingreso per cápita es inferior a los $72.098, monto que según la encuesta CASEN, logra cubrir las necesidades básicas de un chileno común, pero que claramente se basa en parámetros únicamente de consumo. De acuerdo a los resultados obtenidos en los últimos años, la pobreza en Chile ha ido disminuyendo, sin embargo cabe preguntarse si realmente la gente es menos pobre o si la gran cantidad de bonos otorgados por el gobierno es el principal responsable, surgiendo  la idea de que la disminución de la pobreza en Chile es una ilusión creada por el propio gobierno.

Si analizamos el crecimiento del país en relación al consumo de los chilenos, es decir, a la cantidad de bienes adquiridos, podemos notar que esta capacidad ha ido en aumento, hoy los chilenos compran más casas, más autos, más artículos electrónicos, etc., sin embargo, es preciso notar también, que el gobierno se ha encargado de destinar gran cantidad de recursos en bonos que van en ayuda de los sectores más pobres, como por ejemplo el bono por hijo, el bono por años de matrimonio o el bono marzo, los cuales representan un aumento del ingreso familiar en períodos determinados y permiten que la capacidad de consumo aumente, lo cual es medido posteriormente por la encuesta CASEN entregando datos poco verídicos. Un ejemplo de esto es el bono marzo, el cual hace posible que los chilenos adquieran mayor cantidad de bienes relacionados con la época escolar o puedan pagar mayor cantidad de cuentas relacionadas con otros tipos de consumos propios de esta época del año (autopistas, patentes, seguros, etc.), sin embargo, al mes siguiente ya no cuentan con este ingreso extra por lo cual vuelven a su propia realidad económica. En base a esto se puede decir, que los bonos otorgados por el estado sólo permiten un aumento en el consumo per cápita, lo cual muestra una disminución falseada de la pobreza del país, pero no representan un aumento real del ingreso familiar. Además de esto, este tipo de estímulos acostumbran a las personas a recibir dinero sin esfuerzo, lo cual fomenta la pobreza en la medida en que, es más conveniente seguir siendo pobre, para recibir incentivos gubernamentales en lugar de estudiar o trabajar para mejorar la calidad de vida.

Para el Gobierno de Chile, como señala la ministra Cecilia Pérez, los bonos son una forma de compartir los recursos obtenidos del crecimiento del país en los últimos años, además de representar un aporte al bolsillo de los chilenos, como por ejemplo el bono marzo, beneficio entregado en uno de los meses económicamente más complejo para las familias. Sin embargo estos recursos no son permanentes, sino que son beneficios ocasionales, otorgados en periodos específicos, por lo que no pueden ser considerados como un aumento del ingreso familiar y por tal razón no se pueden contemplar dentro de los parámetros de medición de la pobreza del país.

En conclusión, se puede decir que, si bien los datos obtenidos a través de la encuesta CASEN muestran una disminución de la pobreza en el país, son datos basados únicamente en la capacidad de consumo de los chilenos, lo cual se ve potenciado por la gran cantidad de bonos entregados por el gobierno, además del endeudamiento de las familias, otorgando resultados poco objetivos e irreales. Es por eso que se hace necesario el análisis del gasto de los recursos estatales sugiriéndose que en lugar de destinar tantos recursos gubernamentales en bonos, se debieran hacer esfuerzos reales por disminuir la pobreza del país, invirtiendo por ejemplo, en mejor educación o regularizando los impuestos, los cuales disminuyen aún más el ingreso familiar de los sectores más pobres y no permiten el crecimiento real de la nación.

domingo, 10 de marzo de 2013

Hola...
Mi nombre es Dannea Peña, pero todos me dicen Dane, tengo 22 años y curso 5° año de Pedagogía Básica. Soy una joven dinámica, con muchas metas y sueños por alcanzar, estoy casada hace un año y dos meses y actualmente espero la pronta (muy pronta) llegada de mi primera hija Magdalena Isidora.
En este curso espero poder conocerme como escritora, algo que me gusta hacer desde pequeña y desafiarme a ir más allá en la expresión a través de las palabras, mostrando no sólo lo que nace de la inspiración, sino también del conocimiento.

Espero sea un buen semestre para todos los que lean estas pequeñas lineas...